martes, 16 de agosto de 2011

¡Feliz Día Nacional de la Mujer!


El día 13 de agosto se celebró en mi querido segundo país el Día Nacional de la Mujer. Cierto es que esta entrada debería haberse publicado ese mismo día, pero ¡oh destino! estaba de vacaciones... Ya he vuelto para dar luz a esta maravillosa reflexión.

¡FELIZ DÍA NACIONAL DE LA MUJER! por Mohamed Doggui

Con motivo del Día Nacional de la Mujer, que se celebra en nuestro país cada 13 de agosto, quisiera felicitar y rendir homenaje a aquellas mujeres tunecinas que se armaron de valor para protestar, a cara descubierta, desde Facebook o en plena calle, contra una de las dictaduras más represivas de los últimos tiempos.
El 14 de enero por la mañana, cuál no sería mi emoción cuando al llegar ante el Ministerio del Interior vi a una multitud de mujeres, estudiantes y trabajadoras, con y sin velo, gritando a pleno pulmón, codo a codo y al unísono con los hombres: «¡Dégage!» (¡Lárgate!). Y esa misma tarde el dictador y su esposa no tardaron en largarse como cobardes despreciables.
Durante largos años, Ben Ali no cesó de instrumentalizar y atribuirse los logros que el pueblo tunecino había cosechado antes de que él llegara al poder. Y entre dichos logros destacaba la emancipación de la mujer tunecina en varios ámbitos tales como el familiar, el social, el laboral y el educativo. En cuanto a su esposa, Leila Trabelsi, con su incultura legendaria y, sobre todo, su incontenible instinto de rapiña, no hizo más que mancillar la imagen de la mujer tunecina.
Sin embargo, el pueblo tunecino no era tan necio para no percatarse de que ni Ben Ali era Tahar Haddad (el gran reformista y defensor de la mujer tunecina), ni Leila Trabelsi, la reina Dido (Elissa, nuestra primera dama, la fundadora de nuestro querido Cartago, que estuvo expoliado durante más de dos décadas). Y todos, hombres y mujeres, se lanzaron audazmente a Internet y a la calle para ahuyentar a estos advenedizos abyectos. 
Quisiera felicitar asimismo a todas aquellas mujeres extranjeras que, solidarizándose con nuestro pueblo, hayan salido con sus compañeras tunecinas a gritar con su acento foráneo: الشعب يريد إسقاط النظام (¡El pueblo quiere derrocar el régimen!)
Por último, quisiera hacer hincapié en que, gracias a esta solidaridad entre hombres y mujeres, ya no hay nadie que se atreva a erigirse en dictador en nuestro país. ¡Oh, mujer tunecina!, «si te quiero es porque sos / mi amor mi cómplice y todo / y en la calle codo a codo / somos mucho más que dos » (Mario Benedetti).






 Unas con velo y otras sin él, las mujeres tunecinas se agolparon en la calle codo a codo para ahuyentar al dictador.

miércoles, 3 de agosto de 2011

¡Feliz Día Internacional de la Amistad!

Dice un refrán español que todo santo tiene su octava y aunque esta entrada nos llega un poco tarde, aún estamos en la "octava" para celebrar el Día Internacional de la Amistad, celebrado el 30 de julio. Enjoy-it!

¡FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE LA AMISTAD! por Mohamed Doggui

En virtud de la resolución A/65/L.72, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 27 de abril de 2011, el 30 de julio de cada año se celebrará el DÍA INTERNACIONAL DE LA AMISTAD, cuyo objetivo consistirá en tender puentes de cordialidad entre los distintos pueblos y países.

Para ello, la ONU "invita a todos los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y demás organizaciones internacionales y regionales, así como a la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales y las personas, a celebrar apropiadamente el Día Internacional de la Amistad, de conformidad con la cultura y otras circunstancias o costumbres apropiadas de sus comunidades locales, nacionales y regionales, incluso mediante actividades educativas y de concienciación pública".

Con este motivo, la Asociación Tunecina de Profesores y Estudiantes de Español, la ATPEE, se suma a la celebración de dicho evento y aprovecha esta conmemoración para hacer hincapié en que su objetivo primordial es promover un verdadero diálogo entre el pueblo tunecino y los de habla hispana a través de la enseñanza del español, la investigación, la traducción y la creación literaria.

Asimismo, la ATPEE aprovecha este evento para invitar a todos aquellos que deseen, sincera y desinteresadamente, contribuir a la edificación de este puente de cordialidad, a unirse a esta familia mixta, hispano-tunecina. E, imitando al poeta cubano Nicolás Guillén, diríamos: "Alcemos un puente / juntando todas las manos / los tunecinos, sus manos musulmanas, / los hispanoblantes, sus cristianas manos".

Gracias a sendos granitos de arena, los miembros de dicha familia lograrán, sin duda alguna, neutralizar a aquellos que se dedican a sembrar minas de incomprensión, de discordia y de choque entre las culturas, las religiones, los pueblos y los individuos. Y no cabe asombrarse de que exista gente tan malvada ya que «desde que existe el mundo / hay una cosa cierta / unos hacen los muros / y otros hacen las puerta" (Carlos Varela).

martes, 2 de agosto de 2011

Hispanismo y dignidad

Tercera entrada de nuestro blog escrita por Mohamed Ben Slama, un joven y prometedor profesor universitario que enseña en la Universidad de Moknine. ¡Disfrutadla!

HISPANISMO Y DIGNIDAD por Mohamed Ben Slama

¿Qué relación hay o puede haber entre el hispanismo y la dignidad? ¿Qué vínculo los puede unir? ¿Hay un hispanismo digno y otro indigno? Va a ser que sí. Hay una relación muy estrecha entre hispanismo y dignidad. Cuando hablo del hispanismo, me refiero al hispanismo tunecino representado en gran parte por la ATPEE cuya proyección, bajo mi punto de vista, la involucra directamente en esta cuestión y la lleva a ser el punto de unión entre el hispanismo y la dignidad. Su tendencia a fomentar la investigación – por eso se ha creado un área de investigación- la lleva a emprender la labor de facilitar a los hispanistas (en este caso los tunecinos) la ardua tarea de investigar y de aportar cosas nuevas al mundo de la lengua de Cervantes. He dicho ardua tarea porque lo es realmente, porque los obstáculos puestos, voluntaria o involuntariamente, intencionada o intencionadamente, en el camino del hispanista-investigador tunecino son enormes: barreras infranqueables para unos y callejones sin salida para otros. Solo una minoría privilegiada –por méritos propios o impropios- puede presumir de haber llegado muy lejos en el mundo de la investigación. Mientras  que el pueblo llano, eso es, la mayoría excluida del círculo de los privilegiados, tiene que luchar contra todos los obstáculos y contratiempos posibles: favoritismo, corrupción, escasez de fuentes bibliográficas, falta de becas, de subvenciones… Todo eso hace que la situación del hispanismo en Túnez, como el país mismo,  se encuentre en un punto muerto, debido a los fallos del sistema educativo y político del antiguo régimen. Sin embargo, no todo puede ser achacado al sistema y a los peones del sistema.  No hay que  olvidarse de  la parte española que está complicando aún más esta situación y, lejos de extender la mano a nuestros hispanistas, les pone más difícil la cosa; como si quisiera entrar en competencia con los verdugos nacionales, a ver quién reprime más.  En efecto, desde la revolución del 14 de enero, y a pesar de la histórica visita de Zapatero a Túnez, España se alejó de nosotros: para el hispanista, la obtención del visado español se ha convertido, incomprensiblemente, en una tarea difícil y, a veces, en una misión imposible. ¿Acaso España nos está castigando por haber puesto fin a un régimen dictatorial que nos asfixiaba y nos anulaba como personas? Parece que sí. Yo no veo otra explicación; si no, ¿a qué viene este trato hostil hacia nuestros hispanistas?
España, por ser el máximo representante del hispanismo en Túnez, se beneficia de la labor de nuestros investigadores, por eso, tiene que colaborar con ellos y abrirles sus puertas de par en par. De lo contrario, estaría poniendo pegas contra sus propios intereses, eso es, tirar piedras contra su propio tejado. Lamentablemente, esta actitud hará que la mayoría de los investigadores se echen para atrás y renuncien a sus proyectos. España tiene que tratar al hispanista tunecino como se merece, mirándole a los ojos, no por encima de los hombros. Queremos a España y queremos que España nos quiera. De allí viene esta apuesta por un hispanismo digno, por un hispanismo justo en el que todas las partes se encuentren en igualdad de condiciones, en el que todos nos tratemos de tú a tú, donde todos actuemos como protagonistas. Por eso, es urgente reconciliar el hispanismo con la dignidad, por el bien de todos; porque sin dignidad no hay hispanismo que valga. Para algo tiene que servir nuestra revolución, para que el tunecino y, desde luego, el hispanista se encuentre por fin con su dignidad. Para el hispanista tunecino, viajar a España tiene que ser tan fácil como viajar en su propio país: no tiene por qué presentar un certificado de trabajo cada vez que pide el visado,  ni tiene que presentar las tres últimas nóminas, ni necesita hacer una reserva o presentar una invitación para obtener un visado de  10 o de 15 días (ya no dan un visado de un año renovable como antes) después de haber esperado dos semanas. Es inadmisible que un profesor de español se vea obligado a presentarse en la embajada española de Túnez al día siguiente de su vuelta de España para informar de su regreso. Un trato así, antes que ser un insulto hacia la persona, es un insulto hacia el hispanismo y un paso atrás hacia su promoción, porque, seguramente, este tipo de actitudes, lejos de consolidar la investigación, le pararán los pies.