Gracias Sonia por tus interesantes reflexiones sobre el estado de la enseñanza del español en Túnez. Espero que nos hagan pensar en lo que está pasando y que podamos encontrar una solución satisfactoria para nuestro alumnado.
LA CRISIS DEL SISTEMA EDUCATIVO por SONIA MARSAOUI
LA CRISIS DEL SISTEMA EDUCATIVO por SONIA MARSAOUI
Enlazando con los artículos publicados por nuestros compañeros y profesores Fernando Andú y Mohammed Doggui, “El emperador desnudo” y “Quien nos engaña no es de los nuestros”, vamos a reconocer algunas realidades del sistema educativo tunecino, antes de pasar a la acción y responder a la invitación de “vestirlo entre todos” lejos del “engaño despreciable”. Nuestro sistema educativo -así como muchos otros sectores marcados por el deterioro y la restauración de la corrupción- parece, después de la dictadura, un “Macondo” o sea, un terreno virgen, donde todo está por rehacer y reconstruir, especialmente en el ámbito de la enseñanza de lenguas y del español, en concreto.
No es una exageración afirmar que la degeneración había alcanzado todos los aspectos del sistema educativo, que fue vaciado de sus objetivos educativos y sus contenidos científicos. Desde hace algún tiempo y hasta hoy, la mayoría de los estudiantes tanto de Enseñanza Media como de Enseñanza Superior ya no se interesan por la formación científica en sí sino que se encuentran obsesionados por las notas. Lo cual fue una orientación del sistema caducado, que, lejos de cualquier voluntad de mejorar los contenidos y el nivel de los discípulos, se interesaba, más bien, en presentar unas cifras y porcentajes engañosos, hinchados y falsos, para esconder su fracaso y sus intenciones de aplastar la creatividad y el pensamiento libre y crítico de los jóvenes y conseguir, de hecho, una población dócil, inconsciente y dispuesta a la manipulación… De hecho, tenemos a un amplio sector de diplomados pero que no están cualificados. Tal vez la invención de un nuevo sistema de “LMD” es el reflejo más obvio de estas prácticas sospechosas del antiguo sistema, cuyos frutos, o mejor dicho víctimas, vienen a nutrir las filas de los parados.
Por último, cabe recordar que en Secundaria también los niveles de la optativa se han reducido de tres niveles a dos solamente; además, los programas se han aligerado demasiado, de manera que los estudiantes que eligen la lengua española -o cualquier otra lengua extranjera, como el alemán o el italiano- tienen que descubrir los nuevos contenidos cuando pasan a la Enseñanza Superior, en un tiempo récord, de tres años –la duración de la formación- que a su vez fue reducido, sacrificando un año entero, sin hablar de algunos casos en los que solo han tenido una formación de dos años y medio, además del ausentismo tanto de profesores como de estudiantes en varias ocasiones. Por todo ello sería un engaño considerar esta formación suficiente o eficiente y sobra decir que el nivel de los hispanistas tunecinos ha bajado considerablemente en los últimos años.
Al retroceso del nivel viene a sumarse la falta de opciones y posibilidades, porque se supone que estos estudiantes de tres años de carrera universitaria tienen derecho a seguir con una formación de tercer ciclo, un máster profesional o de investigación; sin embargo, la mayoría de estos jóvenes diplomados -oriundos de varias instituciones repartidas en todo el país- se han encontrado este año con un número reducido de plazas que no respondía a sus aspiraciones y ambiciones de terminar la carrera por varias consideraciones. Pues, además de la falta de efectivo en el cuerpo enseñante capacitado para dar este tipo de cursos especializados, se suma el hecho de que la mitad de plazas ofrecidas se han reservado para sus compañeros repetidores del año pasado. Esperando una solución a esta situación decenas de estudiantes siguen aspirando a alcanzar a sus compañeros más afortunados… Por nuestra parte, deseamos una mejora y una reforma eficaz del sistema educativo con la colaboración y la contribución de todos los componentes del ámbito educativo, lejos del engaño y las decisiones preparadas en despachos aislados de la realidad de la enseñanza en nuestro país.